Hoy 10 de octubre, a iniciativa de la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH), se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. En nuestro país, la Confederación Salud Mental España ha apostado este año por el lema “Soy como tú aunque aún no lo sepas”, apelando a la empatía que ha de tener la sociedad para con las personas afectadas de problemas de salud mental. Por esta razón hablamos hoy de casos reales donde la depresión grave, la ansiedad aguda, la esquizofrenia, el transtorno obsesivo compulsivo, el adaptativo y otras patologías relacionadas con la salud mental han sido reconocidas como incapacidades permanentes de la Seguridad Social incluso ante la ley.
El elevado coste emocional y social que tienen actualmente las enfermedades mentales en nuestro país han desembocado en un aumento significativo de la concienciación acerca de estos trastornos. En la esfera laboral, según los juristas del centro médico-jurídico Tribunal Médico, las patologías mentales graves antes poco entendidas son cada vez más un motivo de peso en las resoluciones favorables de incapacidad permanente. "Personas que se ven incapacitadas para desarrollar una profesión por estas razones pueden llegar a cobrar una prestación de la Seguridad Social si aportan los informes médicos que lo demuestren", afirma Alejandro García, responsable de este centro especializado en este tipo de trámites.
Según la Encuesta Europea de Salud en España de 2014, realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y en referencia concretamente a la depresión, más del 15% de la población española presenta sintomatología depresiva de distinta gravedad. Y en cifras globales sobre la salud mental, entre el 2,5% y el 3% de los adultos en nuestro país padece una enfermedad mental grave, lo que representa más de un millón de personas, comforme a datos de la Confederación Salud Mental España. Si además se cuantifican los trastornos mentales leves, el porcentaje de afectados asciende al 9%. Esta realidad, hoy Día Mundial de la Salud Mental, se traduce en el ámbito laboral en casos cada vez más continuados de personas que solicitan una pensión por incapacidad permanente.
Como ejemplos llevados por nuestro centro, hay casos como el de un vigilante de Seguridad de profesión, que consiguió una Incapacidad Permanente Absoluta por Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad, aunque la vía administrativa no fue suficiente y se tuvo que llevar la causa ante los tribunales donde finalmente se obtuvo este reconocimiento. Los informes médicos apuntaban incluso a la agresividad física como síntoma de su alteración de conducta. Otra muestra es la de un alto cargo administrativo público, a quien por un cuadro depresivo crónico se le concedió otra Incapacidad Permanente Absoluta. La pensión lograda en la sentencia fue del 100% de su base reguladora, que ascendía a 2.027,85€. Anteriormente a este afectado de depresión le había sido denegada cualquier tipo de incapacidad permanente, ni siquiera la del grado mínimo, por parte del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
"Pero además, enfermedades relacionadas con la salud mental como la depresión suelen acompañar a patologías físicas graves en muchísimas sentencias favorables que nosotros hemos obtenido. El padecimiento de determinados síntomas de enfermedades graves causan efectos psicológicos y psiquiátricos muy evidentes. Ello, lejos de ser ignorado, es muy tenido en cuenta por los magistrados a la hora de conceder una incapacidad laboral", concluye Alejandro García. Como reza el lema de este año de la Confederación Salud Mental España, el “Soy como tú aunque aún no lo sepas” está muy presente en el sector de las incapacidades permanentes.
Tribunal Médico